Después de un largo y
maravilloso verano, levantándonos tarde, con actividades divertidas, de
despendole en general, como dice en mi familia, toca volver a la rutina.
El principio de curso es
duro para todos pero en este artículo quiero centrarme en ayudar a las familias
para que durante el curso no desesperéis más de lo que es habitual en la tarea
educativa de los hijos.
1. Fomentar la autonomía. No
es sencillo pero sí muy reconfortante cuando lo consigues, tanto para ellos
como para ti que los ves crecer y avanzar. Os ayudará tener en cuenta lo que
pueden hacer a cada edad y ayudarles a lo que no lleguen. Por ejemplo, un niño
de 2 años no puede vestirse completamente solo pero sí que puede colaborar
(quitarse los calcetines, meter el pie en los zapatos) y conforme va
adquiriendo habilidad aumentará su autonomía y su autoestima.
2. Tomar decisiones.
Cuando les dejamos tomar decisiones, no solo fomentamos su autonomía sino que
también les estamos transmitiendo el mensaje de “hijo, yo confío en ti”. Por
supuesto, sois vosotros los que les tenéis que ofrecer las opciones. Al principio
se les ofrecen pocas (¿qué zapatos quieres ponerte, los marrones o las botas?) y
conforme van creciendo las opciones pueden aumentar o incluso desaparecer y que
sean ellos mismos los que decidan.
3. En los estudios. En
algún momento tu hijo demandará tu ayuda para los estudios y eso es lo que
necesita… Ayuda, no que lo hagáis por él, sino que con vuestra guía consiga
aquello que tiene que hacer. En este apartado son fundamentales tres temas a
tratar: agenda, mochila y deberes.
4. La agenda es una
herramienta muy útil para recordar nuestras obligaciones. Recuérdale a tu hijo
que use la agenda, fomenta su uso (revisándola con él, interesándote por sus
actividades, etc.) y permite que se responsabilice de sus actos. Podéis acordar
algún tipo de código que le facilite la anotación rápida de los deberes,
trabajos y exámenes. Para los más pequeños, van genial los calendarios
semanales en la pared o en la puerta del armario, donde podrán dibujar, escribir,
colocar un pictograma, etc., con las actividades que tienen cada día de la
semana.
5. La mochila. Ayúdale a
establecer una rutina de preparación y cada día lo hará más rápido y con menos
ayuda. La noche de antes debería revisar el horario del día siguiente para
saber qué es lo que tiene que llevar al cole y dejársela preparada para que por
la mañana tenga una cosa menos de qué preocuparse. Es necesario que poco a poco vaya
responsabilizándose de sus materiales. Así que en algunas ocasiones, si
advertís que se ha olvidado de poner algo en la mochila, no le aviséis, siempre
y cuando no sea algo importantísimo como el estuche o el bocadillo.
6. Los deberes. Si usan
correctamente la agenda, esta tarea es mucho más sencilla ya que les podéis
ayudar a secuenciar las tareas intercalando una difícil con una más fácil y
estableciendo descansos (cada 25 minutos, 5 minutos de descanso o cada 2 horas,
30 minutos de descanso). Si os piden ayuda para hacer algún ejercicio dársela
pero no se lo hagáis, es preferible que, si no lo entiende, lo lleve a clase
sin hacer para que el profesor se lo explique más afondo.
7. Tiempo libre. Por último, es bueno recordar que,
tan importante es el tiempo de estudio, como el tiempo de ocio, así que no
sobrecarguéis la agenda de vuestros hijos con actividades extraescolares y
ofrecerles alguna actividad lúdica conjunta, necesitan pasar tiempo con
vosotros. Disfrutadlos y dejar que ellos disfruten de vosotros.
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