Cuando pensamos en nuestros sentidos, la mayor
parte del tiempo, solo consideramos los cinco que recogen información del
exterior: Vista, oído, olfato, gusto y tacto. No obstante, igual de importantes
para nuestro desarrollo son aquellos sentidos que nos brindan información
sobre cómo afecta la fuerza de la gravedad en nuestro organismo, sobre los movimientos musculares y la posición de nuestro cuerpo en el espacio, es decir, el sentido vestibular y el
propioceptivo. En este caso nos vamos a centrar en el sentido vestibular, que
es el encargado del equilibrio, tanto estático como dinámico, la orientación
del cuerpo y la posición del cuerpo y, además, es el primer sistema sensitivo que
se desarrolla por completo durante la gestación y afecta de manera directa o
indirecta en casi todo lo que hacemos.
Cuando el sistema vestibular funciona
correctamente no somos conscientes de su importancia. ¿Se imagina los
problemas que le pueden surgir a lo largo del día si tuviera el equilibrio
alterado?
Cualquier anomalía en el sistema vestibular produce
perturbaciones, que pueden llegar a ser severas, en el organismo humano.
Algunos niños con problemas de equilibrio pueden tener dificultad para
mantenerse quietos, para sortear obstáculos, se caen con frecuencia y prefieren
las actividades sedentarias.
En los siguientes puntos se explica cómo
podemos trabajar en familia y de una manera lúdica y sencilla el sistema
vestibular, tanto de mayores como de pequeños.
1. En el parque. Es fundamental sobre todo columpiarse y si es apoyado con
el abdomen en el asiento, mucho mejor. También es muy aconsejable el uso de los
balancines y toboganes.
2. Practicar deportes, como natación, baloncesto, escalada, patinaje… En todas estas
disciplinas trabajas la posición del cuerpo respecto al espacio y la
coordinación óculo-manual.
3. Saltar en la cama, en colchonetas o sobre pelotas de fitness (con
ayuda), así se empieza a conocer la sensación que produce la gravedad y el
equilibrio de nuestro cuerpo.
4. Actividades para trabajar los pies: Coger canicas con lo pies, una
pelota en los pies, dar masajes en los pies, pintar con los pies, escribir con
los pies, hacer bolitas de papel con los pies, estas actividades son de vital
importancia para ayudar al niño a apoyar bien los pies, de manera que su
equilibrio no se vea alterado.
5. Llevar una mochila en la espalda, para que los niños sepan reconocer
donde está su espalda y sean conscientes de esa parte del cuerpo.
6. Canciones y rimas, donde se trabaja también la coordinación sobre todo
de las manos y del cuerpo.
7. Actividades al aire libre, como rodar por la hierba, el ángel en la
nieve, volteretas… Así también se está desarrollando el sistema vestibular.
8. Actividades para trabajar las manos, romper periódicos, poner un folio
y pintar debajo de la mesa, hacer masajes, amasar, recortar, pintar con pintura
de dedos, etc.
9. Caminar sobre una cinta en el suelo y sobre diferentes texturas.
Caminar descalzo y sin calcetines, caminar de puntillas y de talones, con los
laterales interiores y exteriores. Todos estos son ejercicios muy adecuados
para ayudarnos a sentir por completo todo el pie.
10. Girar sobre sí mismo, juegos de movimiento en
corro y superficies que rueden, como las que nos podemos encontrar en los
parques infantiles.
Ana Rojo de la Vega y yo os recomendamos estas y otras actividades, seguro que se os ocurren algunas similares, que ayudarán a desarrollar y fortalecer el sistema vestibular y también el propioceptivo. Esperamos que disfrutéis con ellas.
Camino Felices y Ana Rojo.
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