"Permaneciendo tranquilos
sentimos más,
disfrutamos más
y vivimos mejor."
La educación basada en la tranquilidad es una de las más caras que existe en el mundo, porque no requiere de dinero sino de tiempo, algo de lo que carecemos en esta sociedad, pero es la más rentable a largo plazo.
Con calma, tranquilidad, sosiego... las cosas evolucionan mejor. Desde un guiso hasta la educación de los hijos.
Hace mucho tiempo un médico me dijo que delante de una urgencia muy grave, más vale parar a pensar unos segundos que actuar sin valorar la situación. Y eso me hizo reflexionar sobre la importancia que tiene mantener la calma en cualquier situación para encontrar una solución correcta al problema.
Calma, tranquilidad, sosiego... respira hondo. ¿Recuerdas dónde has puesto estos conceptos? Es difícil encontrarlos pero muy necesario buscarlos.
Calma, tranquilidad, sosiego... mira a tu alrededor. La sociedad lleva un ritmo trepidante, luces, música, ruido, aplausos, gritos, otro mensaje, más luces, más ruido, más mensajes...
¡¡¡Al ritmo que vivimos no tenemos tiempo ni para nosotros mismos!!!. ¿De verdad? ¿No tenemos 10 minutos al día para escuchar, mirar y "pensarnos"?
Calma, tranquilidad, sosiego. A veces me descubro molesta por tener que esperar 50 segundos a que cambie el semáforo para poder cruzar la calle.
Calma, calma, calma. Podemos realizar muchas actividades con los hijos para conseguir su calma pero lo primero que tenemos que lograr es nuestra tranquilidad personal, para eso nos puede ayudar el Mindfulness o Atención Plena. Echad una ojeada al libro de Stahl y Goldstein "Mindfulness para reducir el estrés" (viene con un CD para realizar ejercicios en casa). Y otro libro muy interesante para hacer Mindfulness con niños es "Tranquilos y atentos como una rana" de Eline Snel (también incluye CD).
Algunas actividades que os pueden servir para jugar y transmitir calma a vuestros hijos son:
- Eliminar de vuestro vocabulario las expresiones "date prisa", "venga, que no vamos a llegar". Seguramente para conseguirlo tenéis que madrugar un poco más, tener más paciencia y darles más tiempo para que hagan las cosas.
- Pintar mandalas.
- Pasear y recoger piedras para pintarlas en casa.
- Jugar a las estatuas.
- Ir en bici.
- Hacer algo muy habitual con los ojos cerrados.
- Pintar en un papel grande usando acuarelas al ritmo de una música tranquila.
- Leer cuentos con tus hijos.
- Ir al teatro o al cine.
- Mirar las nubes para buscar alguna con una forma divertida.
¿Se te ocurre alguna más?
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